El mismo once que tanto deslumbró a muchos ante el Ajax, con el único cambio de Ramos por Arbeloa, decepcionó tres días después en Anoeta. Siendo mucho menos, la Real pareció más. El peligroso efecto gaseosa de los donostiarras retrató a un Madrid incapaz de imponerse sobre el césped y, no sin fortuna, hacerlo sólo en el marcador …
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