La era digital no ha evitado que millones de facturas, toneladas de papel, sigan amontonándose y generando costes innecesarios derivados de la gestión manual de facturación … Pese a todo, la e-factura es una realidad con la que comenzamos tímidamente a convivir, gracias más, al impulso dado desde las Administraciones públicas -que la exigen a sus proveedores- y al efecto motor de las grandes superficies, que a otras razones objetivas y de más peso como la reducción de costes, la mejora de la gestión, o el aumento de la productividad y la rentabilidad …
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