A mediados de siglo XIII, el rey de Castilla Alfonso X aspiraba a convertirse en emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico. Conocido como el Sabio, su actividad reformadora y conquistadora fue abrumadora. Intensificó la ocupación militar deAl-Andalus, lidió con una rebelión mudéjar y otra de sus propios nobles, repobló la Península de norte a sur, impulsó leyes sobre las más variadas materias, saneó la hacienda, fue un mecenas cultural e incluso escribió libros sobre derecho, astronomía o medicina …
Lea el artículo completo en www.publico.es