El eurodiputado del PSOE Ramón Jáuregui, ex secretario general de UGT en el País Vasco cuyo nombre ha sonado como posible nuevo ministro de Trabajo, ha defendido que la reforma laboral es «inapelable» y atribuyó la huelga general del 29 de septiembre, cuyas razones no comparte, al «rol que en el seno de los trabajadores quieren jugar CCOO y UGT».
Jáuregui, quien prefirió no comentar nada acerca de su eventual candidatura al Ministerio, dijo a Servimedia que, después de dos años de crisis del empleo, «los sindicatos estaban un poco obligados a mostrar un cierto protagonismo», porque su lógica es la de «defender los intereses de los trabajadores ocupados» y «su protesta responde a todos los parámetros de flexibilización y de liberalización del mercado de trabajo que se vienen produciendo en toda Europa desde hace 20 años».
En esa línea, admitió que su papel es «comprensible», pero lo enmarcó dentro «de un cierto guión, de un paisaje bastante natural», y precisó que «la creación de empleo y la absorción del paro exigen lo que el Gobierno está haciendo: darle al mercado laboral una mayor flexibilidad» y «dar mayor confianza a los empresarios para contratar y contratar fijo». Para él, «la reforma laboral se explica por unas circunstancias que son inapelables y a las cuales tiene que responder el Gobierno, no los sindicatos».
A este respecto, Jáuregui suscribió las palabras pronunciadas hoy mismo por el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, quien defendió que la reforma laboral es «progresista» porque se adapta a los nuevos tiempos. «Es de izquierdas hacer lo necesario para que la economía crezca y los empresarios contraten trabajadores», ratificó. «Para llegar a ese nivel de confianza y crecimiento económico, hay que hacer lo que el Gobierno está haciendo.
«Y, el que no lo crea, que diga lo que haría él», desafió, señalando que él no ve «ninguna alternativa, ni por parte de los sindicatos ni por parte del PP». «Lo que estamos haciendo es inapelable, es incuestionable», sentenció.