En el Real Madrid, por ejemplo, lo hemos visto con Nicolás Anelka y, más recientemente, con Kaká, e incluso con Karim Benzema
– «¿No observáis que somos gusanos nacidos para formar la angelical mariposa?»- (Dante Alighieri)
Un jugador vulgar cambia de equipo y se convierte en un futbolista fabuloso; otro no hace nada durante un par de temporadas y de repente, sin cambiar de equipo, brilla…
Estos misterios, tan frecuentes en el fútbol, se repiten al revés: jugadores pasan, sin explicación visible, de la brillantez a la vulgaridad…
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