La sonrisa en los labios, los saltos de alegría, la euforia que lo invadía todo… Fernando Alonso subió a lo más alto del podio por segunda vez consecutiva en la temporada y 25ª en su carrera y dejó el título mundial de fórmula 1 a tiro de piedra. El Gran Premio de Singapur volvió a constatar lo que se había vislumbrado ya en Monza: el F10 es competitivo y en manos del español puede convertirse en un coche imbatible …
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