A quello de Iván El Terrible se lo ganó a pulso. Este chileno sin padrino fue capaz de sobrevivir a su ceguera ante el gol, a sus dudas propias, a las ajenas (Valdano no creía en él de primeras y miren luego lo que pasó), a su estilo tosco alejado del fútbol esponjoso de Butragueño … Así se explica que explotase trasladando su rabia contenida a las redes rivales. Para mi memoria quedarán dos momentos que están en el disco duro de mi particular Tour del Bernabéu …
Lea el artículo completo en www.as.com