Cada lunes por la mañana, Sumenia deja la comida preparada, cruza unas cuantas calles del centro de Jabalia, al norte de la ciudad de Gaza, y pasa unas horas en el gimnasio, un lujo al alcance de muy pocos en la franja de Gaza. Sumenia tampoco podía permitírselo: pertenece a una familia humilde. Durante la última guerra, a finales de 2008, en la que el ejército israelí asesinó a unos 1 …
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