Los inversores más osados tienen una gama de oportunidades de alta rentabilidad que, sin embargo, comportan un riesgo no apto para todos los públicos. Las materias primas o las economías emergentes aportan en estos momentos crecimientos impensables en otros activos, como la renta variable o, con mayor motivo, la renta fija … Se trata, sin embargo, de unos activos muy complejos, pues es imposible invertir directamente en productos como el oro -considerado valor refugio con una revalorización del 23% desde mínimos-, el níquel, el cobre y el paladio o en alimentos como el zumo de naranja, el arroz o el algodón, entre otros …
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