Dentro y fuera del Gobierno es un secreto a voces: Néstor Kirchner, el Gran Jefe, está perdiendo su olfato político. Eso es lo que piensan los que conversan con el ex presidente todos los días. Sólo que todavía nadie se atreve a decírselo en la cara. Es así: no existe, entre su pequeño círculo de confianza, alguien con la elegancia y el coraje necesarios para advertirle que está «quemando un cajón de Herminio Iglesias» cada semana …
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