Barreda pide Arnica

MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Incluso, antes de entrar en el Comité Federal, el Presidente de Castilla la Mancha había vuelto al redil. Intuyendo, como así ocurrió, que los «compañeros» iban a mostrar su entusiasmo ante los cambios, el díscolo José María Barreda dio la vuelta a su discurso de hace unas semanas y pidió ante los periodistas a Zapatero que le «ayude» en su campaña electoral.

Tras muchas semanas de calvario y desmoralización, con unas encuestas demoledoras (que a fecha de hoy no han cambiado), el PSOE intentó ayer cerrar filas y darse un baño de ánimo colectivo. La llegada de Marcelino Iglesias, recibido con una ovación cerrada, demuestra que las tensiones dentro de la organización iban más allá de las malas relaciones entre el numero dos, José Blanco, y la, hasta ayer, secretaria de Organización, Leire Pajín.

Dejando al margen la repugnante campaña de descalificaciones machistas y soeces llevada a cabo por algún dirigente del Partido Popular, y el silencio cómplice de Mariano Rajoy, que no ha censurado tan execrable comportamiento contra Pajin; lo cierto es que su labor como secretaria de organización estaba siendo muy cuestionada desde diversas organizaciones territoriales.

Tal vez, por eso, se destaca de Marcelino Iglesias su gran predicamento entre los «barones» del partido (de hecho es uno de ellos), que se lleva bien con el PSC, y que es un «hombre con el que se puede hablar».

Ante ese cierre de filas, José María Barreda no quiso quedarse «descolgado» y entró pidiendo árnica. Posiblemente, cuando hizo esas declaraciones en las que reclamaba a Zapatero que redujera sus mandatos y diera un golpe de timón, estaba verbalizando lo que muchos compañeros de partido pensaban. Pero dicho en momentos de tanto quebranto y relacionándolo de forma tan estrecha a su futuro político como candidato a seguir al frente de Castilla la Mancha, sonó, sin duda, a un «quítate que nos hundes».

Los golpes de efecto, sobre todo sin son tan contundentes como los cambios en el Gobierno llevados a cabo esta semana, tienen una función anestésica. Pero, como la anestesia, los efectos desaparecen mientras permanecen las causas del malestar social: el paro y la incertidumbre económica.

Dicen todos los sondeos que los resultados en Cataluña, para los socialistas, van a ser muy malos y no se percibe un clima mejor para las próximas municipales y autonómicas. Así que, con Zapatero o sin él, ya puede Barreda ir preparándose.

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