Los republicanos en plena ofensiva contra los demócratas por el control del Congreso

Los republicanos en plena ofensiva contra los demócratas por el control del Congreso
. EFE/Archivo

Los republicanos se mantienen en pie de guerra para recuperar el control del Congreso de EE.UU., con el declarado objetivo de desbancar a los jerarcas demócratas y así revertir la agenda reformista de la Casa Blanca.

Cuando faltan dos días para los comicios, los republicanos han dejado entrever que, si recuperan el control del Legislativo, no habrá espacio para soluciones negociadas con los demócratas.

Para los republicanos, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, son los principales «villanos» de esta contienda porque encarnan, a su juicio, la agenda reformista del presidente Barack Obama.

Reid, senador demócrata por Nevada, protagoniza la lucha más importante de su carrera política frente a la ex asambleísta estatal republicana Sharron Angle, apoyada y financiada por el movimiento ultraconservador «Tea Party».

Sus contiendas son un estudio de contrastes: mientras Reid apoya la reforma migratoria, Angle pide cero tolerancia contra los inmigrantes indocumentados; donde Reid ha apoyado una mayor intervención del Estado para fortalecer programas sociales, Angle pide eliminar el sistema de Seguro Social, entre algunos ejemplos.

«Nuestras encuestas (internas) nos colocan donde queremos estar. Estamos satisfechos con eso, y creemos que los republicanos saben dónde estamos y por eso es que mi rival ha estado tan desesperada haciendo cosas que son muy, muy, muy mezquinas», dijo Reid en entrevista divulgada hoy por la cadena televisiva hispana Univisión.

«Vamos a tener el control del Senado. Cuáles serán los números (escaños), tendremos que verlo el 3 de noviembre, pero nos sentimos cómodos», afirmó Reid, al pedir el apoyo de los votantes latinos en Nevada, que conforman el 12 por ciento del electorado en ese estado.

Los republicanos, siguiendo un mismo libreto, responsabilizan a los demócratas por la escasez de empleos y prometen colocar a EE.UU. por el sendero de la responsabilidad fiscal, comenzando con la anulación de buena parte de la reforma de salud.

Los demócratas, incluyendo a Obama, Pelosi y Reid, replican que no se pueden ensayar las políticas «fallidas» que produjeron la crisis económica y que los republicanos, en vez de soluciones viables, sólo ofrecen ataques partidistas.

Pelosi, elegida en 2006 como la primera presidenta de la Cámara de Representantes en la historia de EE.UU. -cuando los demócratas se alzaron con la hegemonía en ambas Cámaras del Congreso-, corre el riesgo de perder el puesto y tener que cederlo al líder actual de la minoría republicana, John Boehner, representante por Ohio.

La legisladora, representante del octavo distrito de California desde hace 24 años, dijo la semana pasada que ella y los demás candidatos demócratas «lucharán hasta el final» para evitar que las corporaciones «asuman el control de nuestra democracia».

Si la oposición gana la mayoría en la Cámara Baja -sólo necesitan 39 escaños-, republicanos como Eric Cantor (Virginia), Ileana Ros-Lehtinen (Florida), Kay Granger (Texas), y Ed Royce (California), ascenderían a puestos clave en la sesión 112 del Congreso.

Desde ahí podrían complicar la agenda de política exterior de Obama, incluyendo asuntos como la retirada paulatina de Afganistán, el alcance de la ayuda exterior, o una mayor apertura hacia Cuba.

«La cosa más importante que queremos lograr es que el presidente Obama sea un presidente de un solo mandato» al perder la reelección en 2012, dijo el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell en declaraciones recientes a la revista National Journal.

La última vez que los republicanos controlaron ambas cámaras del Congreso fue en 1994, bajo la presidencia del demócrata Bill Clinton, y, según las encuestas, tienen grandes posibilidades de recuperar la Cámara Baja y ganar algunos escaños en el Senado.

En los comicios del próximo martes se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, una treintena en el Senado, 37 gobernadores y otros cargos locales y estatales.

Para mantener el control de la Cámara Baja se requieren 217 escaños, y en el Senado se requieren 50.

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