Los que esperaban que Barcelona viviera ayer algo parecido a la multitudinaria visita de Juan Pablo II en 1982 se llevaron una buena decepción, comenzando por el Arzobispado y acabando por el sector de la hostelería. La capacidad de convocatoria de Benedicto XVI no alcanzó ni de lejos las 400.000 personas que había previsto el Ayuntamiento que, junto a las otras Administraciones, invirtió 1,7 millones de euros en el evento …
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