El Partido Popular ha acusado este miércoles al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de «lavarse las manos en el conflicto del Sáhara» pese a que en 2004 «presumió de que lograría una solución» en seis meses.
Así, recuerda las declaraciones que realizó el jefe del Ejecutivo en su primera visita a Marruecos, el 24 de abril de 2004, donde se mostró convencido de que se podían «armonizar los derechos de las partes mediante el diálogo y llegar a un gran acuerdo» en el plazo de seis meses. «En 2010 Zapatero está desaparecido», sostiene el PP en un argumentario interno enviado a sus cargos, que ha recogido Europa Press.
Aunque el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha dicho que el Gobierno no tenía ninguna información previa por parte de Marruecos del asalto policial al campo de protesta saharaui próximo a El Aaiún, el PP cree que el Gobierno habría sabido «con antelación» de ese ataque «y no hizo nada».
ZAPATERO «NO PUEDE MIRAR PARA OTRO LADO»
El partido de Mariano Rajoy considera que España «tiene una responsabilidad moral» con respecto al Sáhara, por lo que el Gobierno socialista «no debe preocuparse, sino ocuparse». «Zapatero no puede mirar para otro lado cuando se violan los derechos humanos», recalca, para añadir que el Ejecutivo debe trabajar para que fructifiquen las conversaciones que se están llevando a cabo en Nueva York.
En el citado argumentario, el PP sostiene que el Ejecutivo ha manifestado «de nuevo su incompetencia para manejar las crisis internacionales» porque mientras estalla el conflicto, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, «permanece en Bolivia visitando a un socio ‘estratégico’ como Evo Morales».
Desde el pasado fin de semana, prosigue, Rabat ha expulsado a tres parlamentarios autonómicos y a un eurodiputado español «sin que Jiménez reaccione». Además, lamenta que el Gobierno permanezca «callado» ante la «censura impuesta por las autoridades marroquíes a un grupo de periodistas españoles, impidiéndoles viajar a El Aaiún». «La política exterior de Zapatero condena a España a la debilidad internacional», concluye.
