El Tribunal Supremo ha abierto hoy la puerta a que se conozca la verdad de una operación que dejó en coma a un hombre hace 21 años. La familia de Antonio Meño, de 42 años, que se quedó en estado vegetativo en 1989 al someterse a una rinoplastia (retoque de la nariz), presentó una demanda de revisión al Supremo este año alegando que había un nuevo testigo de lo sucedido en el quirófano …
Lea el artículo completo en www.elpais.es