No, Ramón Mercader, el español enviado por el dictador Iósif Stalin para matar al dirigente revolucionario León Trotsky, no ha resucitado. Pero este símbolo de la mano castigadora del Kremlin ha sido utilizado por un alto funcionario ruso -que, naturalmente, ha preferido quedar en el anonimato- para confirmar lo que había dicho el primer ministro Vladímir Putin, a saber, que «los traidores terminan siempre mal» …
Lea el artículo completo en www.elpais.es