Se colgó de una lámpara de techo del salón con la correa del perro mientras su hijo de dos años dormía en otra habitación

El hijo mayor de Bernard Madoff se suicida en su piso de Manhattan en el segundo aniversario de la detención de su padre

Tenía 46 años y desde que se descubrió la estafa Ponzi de su padre aseguraba que para él encontrar trabajo "era ya imposible"

Uno de los hijos de Bernard Madoff se ha suicidado justo dos años después de la detención de su padre.

Mark Madoff, el mayor de los dos hermanos, ha aparecido ahorcado en su apartamento de Manhattan.

Mark Madoff, de 46 años, vivía en el SoHo y la policía fue avisada por un familiar a las 7.30 de la mañana hora local.

Antes de que estallara el escándalo, el empresario confesó a sus hijos, Andrew y Mark, que había montado una gigantesca estafa piramidal de 65.000 millones de dólares (casi 46.000 millones de euros), según publicó en 2009 ‘Vanity Fair’.

A partir de ese momento tanto uno como otro le negaron la palabra, aunque Mark se obsesionó con la estafa e incluso contaba detalles en un blog. Ambos hermanos trabajaban para su padre y ganaban unos cinco millones de dólares al año.

Bernard Madoff fue condenado a 150 años de prisión por perpetrar una estafa piramidal de más de 65.000 millones de dólares durante las últimas dos décadas, aunque fue descubierto a finales de 2008 por confesión propia.

El liquidador de los fondos del ex financiero, el abogado Irving Picard, ha demandado a la conocida banquera austríaca Sonja Kohn, a la que reclama 19.600 millones de dólares por considerarla cómplice «imprescindible» durante 23 años de la mayor estafa financiera jamás descubierta.

Dos años después de la confesión de Madoff, el 11 de diciembre de 2008, Picard apura las últimas horas del plazo que tenía para reclamar fondos susceptibles de servir para indemnizar a las víctimas de la estafa.

Picard:

«En Sonja Kohn, Madoff halló un alma gemela de la delincuencia; sus codiciosas y deshonestas inversiones igualaban a las suyas»

Ella era la principal accionista del grupo Medici, con ramas en Bank Austria y Unicredit.

Con su entramado ‘Empresas Medici’ -en el que implica también a seis familiares de la banquera- entraron muchos de los fondos que fueron a parar a manos de Madoff, que tenía montado un esquema Ponzi por el que pagaba los elevados intereses prometidos a sus inversores con los nuevos fondos que iban entrando, sin realizar las rentables inversiones bursátiles que decía acometer.

La influyente Kohn, una judía ortodoxa nacida en Viena, de 62 años, recibía de Madoff millones de dólares en comisiones por suministrarle nuevos clientes, con las que se embolsó en total unos 62 millones de dólares a cambio de captar unos 9.100 millones de inversores.

«Ella se refería a sí misma como ‘la austríaca de Wall Street’ y ‘la puerta de acceso a Madoff'», asegura la demanda, en la que se defiende que Kohn sabía del fraude desde un principio.

Cuando Kohn se percató de que el esquema Ponzi estaba a punto de venirse abajo, planeó su huida a Suiza junto a su marido y ordenó la recuperación «masiva» de fondos.

Como ejemplo, apunta que el 4 de noviembre de 2008 se retiraron 423 millones de dólares en una sola transferencia.

Esta es una más de los cientos de demandas que las últimas semanas Picard ha presentado contra quienes retiraron efectivo de las firma de Madoff o contra quienes cree que colaboraron en la comisión del fraude, ya sea activamente o por su falta de reacción ante las sospechas o alertas recibidas.

En total, Picard ha presentado demandas por más de 50.000 millones de dólares, aunque sólo ha logrado reunir 2.600 millones de dólares.

Así, en las dos últimas semanas ha demandado a algunos de los mayores bancos del mundo, entre ellos JPMorgan Chase, HSBC, UBS e incluso el español BBVA, que ha declarado reiteradamente que no invirtió directamente en productos de Madoff. El fideicomiso le reclama 45 millones de dólares.

También ha demandado a otras entidades como Citibank (al que reclama 425 millones), Natixis (400), Fortis (230), ABN AMRO Bank (270), Nomura (35) y Merrill Lynch (16), aunque la mayoría recurrirá estas demandas por considerarlas infundadas.

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