En 2007, un candidato presidencial francés totalmente embalado en su ascenso político, Nicolas Sarkozy, formuló un proyecto que daba un giro de 180 grados a una tradición francesa. Dijo que hacía falta menos vivienda social, menos apoyo público a la construcción y menos subvenciones, y a cambio había que «desarrollar el crédito hipotecario para los hogares» …
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