Ya lo tengo. Mourinho nos habla en las conferencias de prensa como las guapas en los bares. Entre lacónico y despectivo. En ese reparto de papeles los periodistas somos el iluso que aborda a la diosa y que es relevado ordenadamente por otro iluso y por otro más … Con todo, sus intervenciones son para interrumpir la programación. Mourinho nunca quiere decir nada, pero siempre deja algo. Incluso en días como ayer, cuando nos brindó el más suave de sus registros; se lamentó sin excesos, elogió a Granero, se resignó con el refuerzo de Kaká y sólo dejó una cuestión por contestar, la que preguntaba por una presunta conversación con el club para rebajar el tono de sus declaraciones …
Lea el artículo completo en www.as.com
