Conocerse la proclamación de Messi y recobrar nuestro viejo fatalismo futbolístico fue todo uno. Salvo excepciones (especialmente en Cataluña, donde la visión barcelonista minimizó el efecto), la mayoría nos sentimos otra vez como cuando el codazo de Tasotti a Luis Enrique, o como cuando el arbitraje de Al Ghandour, o como cuando aquel penalti de Raúl contra Francia … Esta vez iba a ser, sí. Xavi o Iniesta, tanto daba, y con Messi como brillante escolta. Yo prefería a Xavi, por su excelencia sostenida durante todo el año, otros a Iniesta, por su fabulosa última hora del campeonato …
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