«A través del amor por su esposa, el hombre, después de alcanzar su propia satisfacción, debe acariciar los labios y clítoris de la mujer hasta que ella llega al orgasmo». No, no es una novela erótica, sino un libro escrito por un fraile capuchino polaco, Ksawery Knotz, en el que se muestra cómo practicar sexo «como Dios manda» …
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