Todo quedó cubierto de polvo y humareda. La onda expansiva fue tan potente, aseguraron algunos testigos, que entre la cortina de humo se veían caer los cuerpos. Moscú sufrió este lunes de nuevo el azote de la violencia terrorista. Una explosión en el aeropuerto internacional de Domodédovo causó la muerte de por los menos 35 personas y heridas a 150, de las que casi la mitad permanecían anoche ingresados, 35 en estado grave y 20 en situación crítica …
Lea el artículo completo en www.publico.es