Obama insta a EEUU a «ganar el futuro» en el Estado de la Unión

Obama insta a EEUU a "ganar el futuro" en el Estado de la Unión

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama (abajo), pronuncia su discurso sobre el Estado de la Unión ante las dos Cámaras del Congreso, en el Capitolio de Washington DC (EE.UU.). EFE

EFE/Archivo

El presidente de EEUU, Barack Obama, instó ayer a su país, en su discurso sobre el Estado de la Unión, a «ganar el futuro» con medidas como una congelación de los gastos presupuestarios no obligatorios o inversiones en energías limpias.

Ante unas elecciones de 2012 en el horizonte y unas encuestas que apuntan que la creación de empleo es la principal preocupación de los estadounidenses, Obama se centró mayoritariamente en la economía en una alocución ante ambas cámaras del Congreso que duró cerca de setenta minutos.

El discurso comenzó en un tono sombrío, bajo el recuerdo del tiroteo de Tucson el día 8, en el que murieron seis personas y catorce quedaron heridas, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords, cuyo escaño permanecía vacío.

Los legisladores de ambos partidos lucían lazos con los colores de la bandera estadounidense, en homenaje a las víctimas.

Varios de sus protagonistas se encontraban en la galería de invitados junto a la primera dama, Michelle Obama, entre ellos Daniel Hernández -el voluntario en la oficina de Giffords cuyos primeros auxilios contribuyeron a salvar la vida de la congresista- o los padres de la víctima más joven, Christina Green.

Obama comenzó su discurso con una alusión al tiroteo, para lanzar de inmediato una llamada a la concordia entre los partidos y los ciudadanos.

«O avanzamos juntos o no avanzaremos», instó el presidente estadounidense, quien recordó que desde este mes la oposición republicana controla la Cámara Baja. «Ahora, gobernar será una responsabilidad compartida», apuntó.

La Casa Blanca había apuntado que el discurso de hoy no sería «una lista de la compra» de prioridades legislativas, como ha ocurrido en otras ocasiones, sino que dibujaría una visión del futuro del país.

Pero a ratos, el presidente, cuyo tono estuvo muy alejado de la pasión que mostró en su discurso en Tucson, sonó como un recitador de propuestas, con las que pretende tanto impulsar la creación de empleo -el país padece un índice de paro del 9,4 por ciento- como atajar el fuerte déficit presupuestario, de 1,3 billones de dólares.

Así, propuso una reforma del Código Fiscal para evitar evasiones y planteó prorrogar dos años más, hasta un total de cinco, la congelación ya existente de los gastos no obligatorios del presupuesto, con excepción de la Defensa. Con ello aspira a ahorrar 400.000 millones de dólares.

También instó a prohibir las llamadas «earmarks», fondos que asignan los legisladores para proyectos que les interesan, generalmente en sus estados, y que se insertan en proyectos de ley no relacionados. Estas partidas han recibido numerosas críticas de los partidarios de la austeridad fiscal.

En su discurso, en uno de los momentos de mayores aplausos, Obama aseguró que si se le presentan leyes para su promulgación que incluyan estas partidas, las vetará.

Prometió también reducir la duplicación de funciones en la Administración, para conseguir un Gobierno más eficaz y menos costoso.

Pero al tiempo que proponía recortes fiscales, insistía en la necesidad de continuar las inversiones en educación, infraestructuras e innovación para mantener el liderazgo del país y generar empleo.

«El mundo ha cambiado y, para muchos, el cambio ha sido doloroso», señaló.

«Las reglas han cambiado. En una generación, las revoluciones tecnológicas han cambiado el modo en que vivimos, trabajamos y comerciamos», señaló.

Así, se fijó la meta de que para 2035 el 80 por ciento de la electricidad provenga de fuentes de energía limpias. También busca multiplicar los vehículos híbridos.

Obama también lanzó un llamamiento para aumentar las exportaciones, y en este sentido instó a sacar adelante los tratados de Libre Comercio pendientes con Corea del Sur, Colombia y Panamá.

Aunque brevemente, abordó también la política exterior, donde expresó su apoyo al levantamiento en Túnez y aseguró que la red Al Qaeda se encuentra más perseguida que nunca en Pakistán. Anunció igualmente un viaje a Brasil, Chile y El Salvador en marzo.

El presidente estadounidense también lanzó un llamamiento a los partidos a colaborar para sacar adelante la reforma migratoria, algo que le parece que contribuirá a mejorar la economía del país.

Así, instó a colaborar para sacar adelante una reforma migratoria y a «dejar de expulsar a jóvenes con talento y responsables».

«Sé que este debate será difícil y llevará tiempo. Pero esta noche, acordemos hacer este esfuerzo», apeló.

Macarena Vidal

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