España se convertirá en los próximos meses en un campo de batalla donde dos contendientes, la industria tabaquera y sus aliados, por un lado, y las autoridades sanitarias y los médicos, por otro, librarán un combate a cuenta de la nueva Ley Antitabaco. Los primeros tratarán de convencer a la sociedad de que la norma es un atentado contra las libertades y un motivo de ruina económica, mientras los otros tratarán de que la ley, producto de un elevado consenso parlamentario, no se convierta en papel mojado …
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