Salvar al soldado Garzón

Isabel Coixet aparece en la gran pantalla del Kino International, el que fuera principal cine del Berlín socialista, para recibir una larga ovación del público. La proyección de su película acaba de terminar. «Asumo que todos los aplausos son para Baltasar», dice la directora catalana. Un par de horas más tarde, la prensa menos afín a su tendencia política no tardará en minimizar el entusiasmo de la sala, consciente de que podría ser interpretado como un apoyo al protagonista de su película …

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