Algo aterrador ocurrió ayer en Trípoli después de la hora del rezo. Decimos «algo» porque, aunque los testimonios que llegan de la capital a través de mensajes de Twitter y de llamadas telefónicas son muchos, es imposible tener datos de cuántas personas salieron a la calle para pedir la caída del régimen de Gadafi, de cuántos de sus seguidores acudieron a la plaza Verde para apoyar al dictador y de cuántos manifestantes murieron abatidos por las balas de la policía …
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