Revueltas árabes. Expertos arabistas minimizan el riesgo de avalancha de inmigrantes y ven las revueltas como «una oportunidad»

Algunos de los máximos expertos españoles en el mundo árabe se reunieron hoy en Madrid para analizar las causas y las posibles consecuencias de las revueltas. Coincidieron en minimizar los riesgos de que se produzca una avalancha de inmigrantes irregulares y contemplaron la revolución iniciada en Túnez como «una oportunidad» de futuro.

El debate se produjo en el marco del seminario «Claves de la situación en el mundo árabe», organizado por el Real Instituto Elcano y que contó con la asistencia en primera fila del Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.

La jornada fue moderada por Darío Valcárcel, consejero delegado de Estudios de Política Exterior, y participaron Haizam Amirah Fernández, investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe del Real Instituto Elcano, y Gonzalo Escribano, profesor de Economía Aplicada de la UNED.

Entre los expertos también se encontraban Miguel Hernando de Larramendi, del grupo de estudios sobre las Sociedades Árabes y Musulmanas (Universidad de Castilla-La Mancha); Bernabé López, Catedrático de Estudios Árabes Islámicos (UAM), y Ana I. Planet, investigadora del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos (UAM), todos ellos miembros del Observatorio de Crisis en el Mundo Árabe del Real Instituto Elcano.

Planet aseguró que los datos relativos a la posible llegada de inmigrantes a raíz de las revueltas se han «exagerado enormemente», sobre todo por la influencia del Gobierno italiano, que cifró en millones el número de africanos subsaharianos radicados en Libia.

Entienden estos expertos que los subsaharianos que viven en Libia se cuentan por cientos de miles, «no por millones», y estiman que en esta situación de inestabilidad, lo esperable es que muchos regresen a sus países de origen.

En todo caso, Planet abogó por una intervención eficaz de la Unión Europea para solucionar el traslado de los emigrantes de Pakistán y Bangladesh atrapados en países norteafricanos y que tienen dificultades para regresar a sus puntos de origen. «También sería un gesto de eficacia y no creo que muy costoso» el encauzar la ayuda a los desplazados, dijo.

Alertaron, además, de la inseguridad que puede producir la caída de los regímenes con los que los distintos países europeos tienen acuerdos de repatriación de inmigrantes irregulares, y cuya caída por la presión de los manifestantes puede dejar a las administraciones europeas «sin interlocutor» para culminar las deportaciones de ilegales.

Según Fernández, «las expectativas en los países árabes están en este momento a la altura de los riesgos», y lo mejor es asumir la situación como una «oportunidad» de futuro que requiere un alto grado de implicación de las sociedades occidentales en apoyo de los procesos de democratización.

FIN DEL TERRORISMO

Fernando Reinares, del Real Instituto Elcano, hizo una reflexión sobre el futuro del terrorismo radical de Al Qaeda. Recordó que buena parte de los dirigentes de la organización son libios o egipcios, y afirmó que si la organización «no consigue hacerse presente» en el proceso revolucionario «estaremos hablando del principio del fin del terrorismo».

El experto en economía Gonzalo Escribano se refirió a la financiación de la revolución y a las dificultades que pasarán países como Túnez o Egipto, que no cuentan con los ingresos que proporciona el petróleo y que, además, verán descender el turismo y las remesas que envían sus emigrantes a causa de la crisis económica general.

Con este panorama, dijo, España está más expuesta a los efectos de estos procesos que el resto de los países de la UE, puesto que las naciones ribereñas del Mediterráneo son origen y destino de buena parte del nuestra actividad comercial.

En lo tocante a la energía, Escribano dibujó un panorama preocupante de subida del precio del crudo y advirtió, en ese sentido, que aunque Arabia Saudí se ha comprometido a compensar el descenso de producción de Libia, lo cierto es que a partir de 80 dólares por barril «cada dólar de subida del precio del petróleo sirve para aplacar su propia revuelta interior», lo que hace discutible su voluntad de aumentar la producción para rebajar el precio del crudo.

Tras reconocer que esta revolución ha sido una «sorpresa», todos ellos insistieron en que está «cayendo el muro del miedo» en todos los países árabes que están formulando peticiones concretas de oportunidades, trabajo, libertades y cambio de sistemas para desterrar la corrupción.

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