Ya lo dice el refranero: arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Aunque Mourinho dio una lección de deportividad al término del partido, la derrota encajada ayer por su Madrid es una durísima cura de humildad para él, además de un durísimo correctivo para su equipo. El Sporting, con siete de los once jugadores que Preciado alineó en el Camp Nou, decisión que tanto cuestionó Mou, ganó en el Bernabéu y se llevó el bote de nueve años que acumulaba el portugués sin perder en Liga como local …
Lea el artículo completo en www.publico.es