Algún día Djokovic perderá, pero de momento no parece plausible. El serbio lleva 25 partidos consecutivos ganados, cuatro torneos (Australia, Dubai, Indian Wells y Miami) y las dos últimas finales imponiéndose a Nadal. Es una roca. Un jugador bendecido que ya no teme a la derrota. Está completamente suelto, tiene alas en las piernas …
Lea el artículo completo en www.publico.es