Raúl Castro afirma que la libreta de abastecimiento no se quitará de golpe

El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha afirmado durante el IV Congreso del Partido Comunista (PCC) que la supresión de la libreta de abastecimiento, asunto que provocó la mayor cantidad de intervenciones de los participantes en el debate de los Lineamientos de la Política Económica y Social, «no es un fin en sí mismo ni una decisión aislada, sino una de las principales medidas que se aplicarán con el objetivo de erradicar las distorsiones existentes en el funcionamiento de la economía y la sociedad en su conjunto».

Castro ha sostenido que una medida de esa naturaleza «no puede hacerse de golpe, sin crearse previamente las condiciones, lo que se traduce en otras medidas económicas que se tomarán para aumentar la eficiencia y productividad del trabajo y garantizar niveles de producción y servicio con calidad y accesibles a todos», según se puede leer en el texto del informe presentado por el presidente al Congreso, publicado por el sitio web ‘Cubadebate’.

«Este asunto, lógicamente, guarda estrecha relación con los precios y la unificación monetaria, los salarios y el fenómeno de la pirámide invertida, que como se aclaró en el Parlamento el pasado 18 de diciembre, se expresa en la no correspondencia de la retribución salarial con la jerarquía e importancia de la labor desempeñada, problemáticas que se reflejaron en alta proporción en los planteamientos realizados», ha añadido.

Además, ha asegurado que bajo el socialismo «jamás habrá espacio para las ‘terapias de choque’ en contra de los más necesitados y que son, tradicionalmente, los que apoyan a la Revolución con mayor firmeza, a diferencia de los paquetes de medidas que se emplean con frecuencia por mandato del Fondo Monetario Internacional y otras organizaciones económicas internacionales en detrimento de los pueblos del Tercer Mundo e incluso, en los últimos tiempos, en las naciones más desarrolladas, donde se reprimen con violencia las manifestaciones populares y estudiantiles».

«La Revolución no dejará a ningún cubano desamparado y el sistema de atención social se está reorganizando para asegurar el sostenimiento diferenciado y racional de aquellos que realmente lo requieran. En lugar de subsidiar masivamente productos, como hacemos ahora, se pasará progresivamente al apoyo de personas sin otro sostén», ha apostillado Castro.

En este sentido, ha indicado que la existencia de la canasta familiar normada, introducida en los años 60 con una vocación de igualdad, ahora contradice en su esencia el principio de distribución socialista: ‘De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo’.

«El problema al que nos enfrentamos, insistió Raúl, no es de concepto, sino que radica en cómo, cuándo y con qué gradualidad eliminaremos este instrumento de distribución que le ha brindado alimentos básicos, altamente subsidiados, a los más de once millones de cubanos», ha agregado.

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