La primavera en Madrid suele ser desapacible. Ayer hubo tormenta. Entre los chaparrones y las decepciones el público se alejó del Bernabéu. Los asientos vacíos reflejaron el sentimiento de que la temporada se agota sin producir los resultados esperados. La desazón se extendió por las gradas y por el campo, a donde el equipo salió con un punto de melancolía después de que los capitanes, Casillas y Ramos, presentaran la Copa con cara de circunstancias …
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