La cantante y actriz estadounidense Miley Cyrus abandonó a su ‘alter ego’ Hannah Montana a golpe de sutil provocación, espíritu roquero y un atrevido vestuario durante el concierto inaugural, en Quito, de «Gyspy Heart» («Corazón gitano»), en su primera gira tras su separación de la factoría Disney … La cantante, de 18 años, encendió a las 18.000 personas, en su mayoría niños y adolescentes acompañados de resignados padres, que asistieron al espectáculo haciendo gala de una más que óptima calidad vocal con temas como «Who owns my heart», «Can’t be tamed» o «The climb» …
Lea el artículo completo en www.eleconomista.es