El ministro de Comercio e Industria yemení, Hisham Sharaf, ha valorado en unos 5.000 millones de dólares (unos 3.444 millones de euros) las pérdidas que las protestas que viene registrando el país en los últimos meses han costado a la economía, según informa la agencia de noticias estatal SABA.
Según Sharaf, estas pérdidas equivalen a aproximadamente el 17 por ciento del PIB que tuvo Yemen en 2010. En el país se han llevado a cabo, desde que comenzaron las protestas en Túnez y luego en Egipto, multitudinarias manifestaciones, tanto a favor como en contra del presidente, Alí Abdulá Salé, que lleva más de 32 años en el poder.
Estas protestas han sumido al país en una crisis política de la que estuvo a punto de salir la semana pasada, después de que tanto Salé como la coalición opositora aceptaran el plan de traspaso del poder propuesto por los países del Golfo. Dicho plan preveía la dimisión de Salé en el plazo de un mes y la formación de un gobierno de transición que estaría dirigido por un primer ministro de la oposición.
Sin embargo, la firma del acuerdo, que iba a producirse la semana pasada en Riad, permanece en punto muerto, al parecer por la negativa del presidente a firmarla él mismo. Salé quiere que antes que él firmen el acuerdo representantes de su partido y de la oposición.
Por otra parte, Sharaf ha indicado que se está procediendo a importar grandes cantidades de gas para cocinar con el objetivo de tratar de evitar la falta de suministro como consecuencia de los problemas en la ruta de abastecimiento desde la planta de gas de Maarib a las principales zonas urbanas del país.
Asimismo, siempre según SABA, ha insinuado una fuerte depreciación de la moneda del país, el rial, frente al dólar, que no se ha visto reflejada aún en las cifras oficiales facilitadas por el Gobierno, apuntando a que haría falta reestructurar la economía una vez la situación política se resuelva.
