Vencer al Getafe no requirió de un gran esfuerzo para el Real Madrid, que como hacía buena noche aprovechó para darse un paseo por el Bernabéu y deshacerse de un rival sin ninguna sustancia ni espíritu, débil en defensa, inconsistente arriba y que cuando tuvo el balón no logró dar ninguna profundidad a su juego … Salvo la presencia de Adán en la portería y de Higuaín en ataque, el Madrid tiró de galones y puso a su equipo habitual. Una declaración de intenciones más aparente que real, porque la intensidad del encuentro fue más propia de un encuentro de pretemporada que de uno del mes de mayo …
Lea el artículo completo en www.as.com