«Tocamos a tres millones de pesetas»

En el imaginario colectivo del fútbol español hay pocos momentos de una carga dramática tan intensa. El 14 de mayo de 1994 era casi de noche en Riazor cuando el Deportivo (minuto 90: 0-0 en el marcador) dispuso de un penalti que, de transformarlo en gol, le daría la primera Liga de su historia. Lo lanzó Djukic, pero lo paró González, el portero del Valencia, y el llanto inundó el deportivismo mientras el trofeo viajaba a los brazos del Barcelona de Johan Cruyff …

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