Diputado de CiU ve un «enorme vacío social y político» en Madrid que en Cataluña no existe gracias al catalanismo

El diputado de CiU en el Congreso Carles Campuzano considera que el movimiento 15 de mayo está teniendo más importancia en Madrid que Barcelona. A su juicio, en la capital de España existe un «enorme vacío social y político» que no se da en Cataluña porque el catalanismo «cobija más esperanzas y propuestas».

«En Madrid hay un enorme vacío social y político que no encuentra representación ni los partidos ni los movimientos sociales ‘institucionales’. En Cataluña, el catalanismo, en un sentido muy amplio y transversal, cobija más esperanzas y propuestas y el vacío y el déficit de representación es menor», argumenta Campuzano en un artículo de su página personal de Internet.

En el texto, recogido por Europa Press, el diputado convergente señala que la indignación de quienes han salido a la calle no es sólo contra los políticos, sino que los que protestan interpela a todas las personas e instituciones que legitiman el actual modelo de sociedad y «muy especialmente a las élites en la medida en que se las hace responsables de la crisis» y que «no quieren asumir ningún tipo de responsabilidad».

NO DEBE SORPRENDER

En cualquier caso, sostiene que no puede «sorprender» que la clase política se lleve «la parte principal del reproche» puesto que ellos son los representantes de los ciudadanos y hacen y aplican las leyes «en nombre del pueblo» o al menos «así debería ser».

«Hace demasiado tiempo que lo que muchos ciudadanos perciben en los partidos no es la vocación de mejorar la sociedad desde el propio proyecto, sino exclusivamente las tácticas y las estrategias para alcanzar el poder. Y todo ello en un contexto mediático que no ayuda ni estimula la conversación y la discusión pública sobre los problemas colectivos. Todo lo contrario, el ruido mediático es banal, pueril, previsible y nada útil», apostilla.

Sin embargo, desde su punto de vista «no es necesario», al menos en este momento, «pedir a los indignados un programa alternativo», pero sí que se pregunten por sus propias responsabilidades. «Todos las tenemos, cada uno en la medida de su poder», escribe Campuzano. «Como pasa a menudo, –agrega– las preguntas están hechas y son algunas de las que hay que hacer, pero tampoco están todas. Las respuestas están en manos de todos».

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