La película comienza con una España que despierta resacosa tras una de sus peores noches de borrachera. La metáfora es sencilla pero eficaz y el argumento, a partir de ahí, trata de reconstruir esa noche de farra que supusieron los años de auge inmobiliario en nuestro país … Y es que, a ojos de Saló, nuestro país estaba viviendo el auge de la construcción bajo la premisa del «carpe diem», disfrutando del mayor período de bonanza de la democracia a costa del ladrillo, sin pensar en las consecuencias que tendría (y que tuvo) en el futuro …
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