Nadal muerde la copa de los Mosqueteros y parece rutina, una fiesta preparada de antemano. Pero no lo es. Para llegar a ganar su sexto Roland Garros e igualar en el panteón de París a Borg, Rafa ha necesitado poner el alma en su raqueta, dejarse hasta la última gota de energía y derrochar talento, quizá más que nunca …
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