Las trabas de Israel a la ayuda humanitaria en Palestina cuestan 3,2 millones al año

Las restricciones impuestas por Israel al movimiento y acceso de la ayuda humanitaria y la cooperación al desarrollo en Palestina cuestan más de 3,2 millones de euros al año.

Así se desprende de un informe hecho público este miércoles por la Asociación de Agencias Internacionales de Desarrollo (AIDA), una coalición de 84 ONG entre las que se encuentra las organizaciones españolas Acción contra el Hambre, Intermón Oxfam, Médicos del Mundo, MPDL-Movimiento por la Paz, HelpAge International España y Solidaridad Internacional.

En el informe, titulado «La restricción de la ayuda, desafíos de la prestación de asistencia en el Territorio Palestino Ocupado», las agencias hacen un llamamiento a la comunidad internacional para exhortar a Israel a eliminar las barreras que impiden la libertad de movimiento al personal y material para llegar a las.

Con uno de cada cuatro palestinos viviendo por debajo de la línea de pobreza, las ONG aseguran que estas trabas aíslan aún más a las comunidades que precisan ayuda urgente, haciendo que los más vulnerables paguen el precio más alto.

«Estas restricciones están arrebatando a la población de Gaza sus oportunidades reales de recuperación. Cerca del 80% de la población en la franja depende de la ayuda humanitaria y nuestro tiempo y dinero están siendo desperdiciados porque no podemos hacer entrar y salir de Gaza con normalidad nuestro personal y mercancías», aseguró Boris Aristín, coordinador de Médicos del Mundo en el Territorio Palestino Ocupado y miembro del Comité Ejecutivo de AIDA.

El informe destaca que, aunque las restricciones de acceso a Gaza están bien documentadas, la falta de acceso, así como los costes adicionales que genera esta situación, también afectan a programas clave de ayuda en algunas zonas de Cisjordania.

Las organizaciones humanitarias aseguran que los impedimentos para acceder a la denominada Zona Seam (como se denomina al área militar entre la Línea Verde y el Muro) y a las comunidades beduinas y pastoras del valle del Jordán y el sur de Hebrón hacen que esta población sea tan vulnerable como la de Gaza.

«Nos encontramos obstáculos enormes incluso para aplicar medidas sencillas que pueden mejorar las vidas de los niños y sus familias en zonas carentes de instalaciones sanitarias, escuelas y tierras agrícolas con las que hay que ganarse la vida», explicó Diego Gutiérrez, de Acción contra el Hambre.

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