Para que Grecia salga a flote de nuevo, hará falta un adelgazamiento del Estado, a través de privatizaciones masivas, y una nueva lluvia de millones en forma de préstamo de la UE y el FMI. Sin embargo, no son las reformas del futuro, sino los bonos de deuda actualmente en manos del BCE y entidades francesas o alemanas los que causaron un cisma en una reunión extraordinaria de ministros de la zona euro …
Lea el artículo completo en www.publico.es