El pasado marzo llegó a las cercanías de la Tierra la onda expansiva de una de las mayores explosiones que ha presenciado el Universo desde su más tierna infancia. Se trataba de un haz de rayosgamma, los más intensos que se conocen, salidos de una galaxia a 3.800 millones de años luz. Su inusual duración, que ha batido todos los récords conocidos, ha hecho pensar a los astrofísicos que lo han observado que se debe a un fenómeno igual de extraordinario …
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