El presidente de Yemen, Alí Abdulá Salé, ha solicitado que se reinicien las conversaciones con la oposición durante el mes del Ramadán para poner fin a la crisis iniciada en el país con las masivas manifestaciones populares que solicitan su retirada del poder.
La oposición ha rechazado varias ofertas previas para la negociación, argumentando que las conversaciones sólo tendrán lugar una vez que Salé firme el plan propuesto por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para abandonar el poder, que ejerce desde hace 33 años.
«No hay alternativa a un diálogo que se ajuste a los principios nacionales y constitucionales», ha indicado Salé a través de un comunicado hecho público por la agencia de noticias estatal yemení SABA.
«Reiteramos en esta ocasión –el Ramadán– la necesidad de que exista voluntad de negociación por parte de todos los involucrados en la iniciativa propuesta por el CCG», ha agregado el mandatario, según ha informado el diario egipcio ‘Al Masry al Youm’. Salé ha llegado a aceptar este plan de mediación tres veces, retirándose en el último momento en todas ellas. «La situación política que ha alcanzado Yemen (…) hace que sea necesario que todos trabajemos juntos», ha apostillado Salé.
Salé se encuentra en Arabia Saudí, a donde viajó para recibir atención médica debido a las heridas sufridas durante un bombardeo contra el complejo del palacio presidencial en Saná. El presidente y varios altos cargos más se encontraban rezando en la mezquita Al Nahdayn, dentro del complejo del palacio presidencial, cuando ésta fue bombardeada con al menos tres cohetes. Al menos siete guardias presidenciales murieron, aparentemente tras saltar sobre el presidente para protegerle.
Las potencias occidentales y Arabia Saudí temen que la inestabilidad en el país sea utilizada por las células de Al Qaeda en el territorio para llevar a cabo atentados, especialmente en el sur del país, donde las tropas del Ejército combaten contra los terroristas.
