Greenpeace defiende a los activistas que entraron en la cena de la Cumbre de Copenhague, cuyo juicio acaba este viernes

La organización ecologista Greenpeace ha recordado a los once activistas que este viernes se enfrentarán a la segunda vista del juicio que se sigue en Dinamarca por su acción de protesta durante la cena de gala que la reina Margarita II ofrecía a los líderes internacionales con motivo de la Cumbre del Clima de Copenhague, en diciembre de 2009.

Así, la ONG ha subrayado que los activistas, entre los que se encuentra el entonces director ejecutivo de Greenpeace España Juan López de Uralde, se enfrentan a penas de seis meses por el cargo de allanamiento, que podría ampliarse a un año por el agravante de la presencia de la monarca danesa; de dos años por falsificación de documento público y a una multa por suplantación de personalidad.

La organización recuerda que han pasado más de dos años desde la cumbre de Copenhague y asegura que en este tiempo se han batido récord de emisiones de CO2 y de deshielo en el Artico y que este periodo ha sido de aumento de temperaturas y de proliferación de fenómenos meteorológicos extremos o de grandes sequías.

En este contexto, destaca que por el clima, pero también por la economía, un centenar de grandes empresas europeas y economistas de prestigio como Nicholas Stern se han unido en el llamamiento para que la UE asuma «mayores compromisos» contra el cambio climático.

«El mensaje está claro: el cambio climático es un problema grave al que hay que poner solución urgentemente. Ante esta realidad, lo más estratégico no parece encarcelar al mensajero, entre otras cosas porque cada vez somos más y en las cárceles europeas no hay espacio para todos», ha declarado Miren Gutiérrez, directora de Greenpeace España.

Así, el último juicio contra los activistas se celebrará este viernes a las 9.30 horas y la sentencia podría conocerse este mismo viernes. El pasado 17 de diciembre de 2009 los activistas lograron entrar en el Palacio de Christiansborg, donde se celebraba la cena de gala a la que consiguieron acceder haciéndose pasar por ‘Jefe de Estado de la Madre Tierra’, su ‘esposa’, y un «escolta de seguridad», y les permitieron el acceso en todos los controles de seguridad que tuvieron que pasar. Una vez dentro mostraron dos pancartas en las que se podía leer: ‘Los políticos hablan, los líderes actúan’.

Como resultado, la Fiscalía danesa acusó a once activistas de Greenpeace de diversas nacionalidades, de los cargos de allanamiento de morada, falsificación de documentos y suplantación de funcionario público. Estos cargos se agravaron porque la Fiscalía añadió un cargo adicional: haber cometido un delito contra la Reina, anfitriona de la cena, cargo que no se empleaba en el país danés desde 1934.

Tras ser detenidos, López de Uralde, Nora Christiansen, Christian Schmuz y Joris Thijssen permanecieronn 20 días en prisión y pasaron las Navidades de 2009 en la cárcel por, según la ONG, «reclamar pacíficamente a los líderes mundiales que estuvieran a la altura de las circunstancias en un momento histórico».