La Vigilia de oración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se vio interrumpida este viernes de forma inesperada cuando empezó a caer una fuerte lluvia en la base de Cuatro Vientos, situación muy sorprendente teniendo en cuenta el sol y las altas temperaturas registradas durante todo el día en la capital. El acto se vio suspendido en el momento en el que Benedicto XVI iniciaba su discurso.
«Nos habían dicho que habíais pasado una tarde de mucha sed y que queríais más agua», ironizaron desde megafonía.
Los organizadores anunciaron que el discurso tendría que esperar unos minutos hasta que la lluvia amainara. Los miles de peregrinos, por su parte, se taparon con los paraguas que, horas antes, habían utilizado para esconderse del sol. Todos ellos amenizaron los minutos de suspensión con sus cánticos y aplausos. «No pasa nada», gritaban.
