Convertido en tormenta tropical, ‘Irene’ ha dejado atrás Nueva York y avanza hacia Canadá, pero ya habiendo perdido gran parte de su amenaza.
En Manhattan, una ciudad preparada para lo peor, ha provocado menos daños de los previstos, aunque ha causado al menos tres muertes relacionadas con el temporal, el fuerte viento tiró árboles, la lluvia provocó inundaciones y un millón de personas están sin suministro eléctrico.
Una mujer de 20 años murió ahogada tras caer su coche en un área inundada, un hombre falleció electrocutado al tocar un cable eléctrico tirado por el viento y otro pereció al incendiarse su casa por chispas de cables caídos. Se suman a los otros diez fallecidos –cinco en Carolina del Norte, tres en Virginia, otro en Maryland y uno en Florida– a causa del temporal.
El transporte público en Nueva York sigue paralizado y tardará unos días en volver a la normalidad ya que hay estaciones anegadas y vías obstruídas.
«El lunes va a ser complicado llegar al trabajo», señaló el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg en rueda de prensa en el Ayuntamiento.
También permanecen cerrados los aeropuertos y no se espera que reanuden su actividad hasta el lunes noche o martes por la mañana, aunque muchas aerolíneas han anunciado que esperarán a que vuelva la actividad al transporte público para operar de nuevo.
Mejores noticias para el tráfico rodado, ya que tras alguna inundación ya han reabierto los puentes y túneles de acceso y salida de la ciudad.
Y aunque la Gran Manzana ha conseguido evitar grandes destrozos tardará unos días en recuperar la plena actividad que le caracteriza ya que el trasnporte público es el riego sanguineo que mueve la ciudad.