El portavoz del Gobierno y ministro de Fomento, José Blanco, se ha mostrado partidario una vez más de recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio, aunque ha asegurado que el Gobierno no tiene «ninguna voluntad de perjudicar a las clases medias», lo que abre la puerta a alguna modificación en el tributo si el Gobierno finalmente decide reactivarlo.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Blanco ha explicado que, según los últimos datos de recaudación de este impuesto (2007), el 25% de los contribuyentes de Patrimonio aportaba el 75% de la recaudación, mientras que el resto provenía de lo que se podría llamar «clase media».
«La voluntad del Gobierno es que los ricos paguen más, pero no tiene ninguna voluntad de perjudicar a clase media del país», ha señalado Blanco, quien no ha querido explicar las que podrían ser las nuevas características del tributo porque, según ha dicho, ni se ha aprobado ni se ha valorado en la reunión de este jueves del Consejo de Ministros.
Blanco, que ha negado que exista división dentro del Gobierno sobre este tema, ha asegurado que el Ejecutivo toma las decisiones cuando cree que debe tomarlas y no cuando «algunos creen que debe tomarlas». «Si el Gobierno así lo considera tomará una decisión en relación al Impuesto sobre el Patrimonio», ha indicado, sin querer dar una fecha sobre la posible aprobación de la medida.
Tampoco ha querido valorar el posible impuesto para rentas altas que incluirá el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, en su programa electoral, y se ha limitado a recordar que la creación de un nuevo impuesto antes de que acabe la legislatura «no es posible» y a mostrarse partidario de recuperar gravar la riqueza porque las personas «que más tienen» deben hacer una contribución «especial», en un momento de dificultades como el actual.
