El secretario general del PSOE de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha excluido a José Bono para un posible relevo en el PSOE que pudiera ponerse en marcha en el caso de que este partido perdiera las elecciones generales del 20 de noviembre.
Preguntado sobre si Bono debería dar un ‘paso atrás’ en el caso de que se iniciara este proceso de renovación, Vara ha respondido afirmativamente: «Yo creo que sí. La fuerza de los hechos lo va a producir. No se trata de presentar dentro de cuatro años una candidatura, sino un proyecto. Ese proyecto lo tienen que llevar adelante quienes tengan más futuro que pasado».
En una entrevista en el Diario Hoy recogida por Europa Press, Fernández Vara ha considerado que en ese proceso de renovación, «el liderazgo será de Rubalcaba, y con personas como Carme Chacón, Patxi López y mucha más gente que es válida». «Seguro que se va a producir el relevo de manera natural», ha señalado.
En cualquier caso, Vara se ha mostrado «convencido» de que no se producirá una derrota electoral del PSOE el 20-N, aunque si finalmente fuera así, «habría un congreso del que saldría gente», ha aseverado Vara. «Entraríamos en un proceso como el del 35º Congreso».
En ese caso, el líder del PSOE extremeño ha descartado su salto a la política nacional, asegurando que no tiene «ninguna aspiración», y ha justificado el hecho de que en algún momento sonara como ‘delfín’ de Zapatero, en que «era uno de los presidentes autonómicos».
RUBALCABA «DARA MUCHAS SORPRESAS»
Respecto al resultado que obtendrá Alfredo Pérez Rubalcaba en las elecciones generales del 20 de noviembre, Fernández Vara se ha mostrado convencido de que el candidato socialista «dará muchas sorpresas», aunque no sabe si «hasta el punto de darle la vuelta a las encuestas». «El resultado del PSOE va a ser razonable», ha aseverado.
«El PSOE no va a rendirse antes de empezar la batalla», ha asegurado Vara, quien ha apostado por hacer, durante la campaña electoral, «mucha pedagogía de quien ha estado luchando contra la crisis, y tomando decisiones», y por desmarcarse del «puro discurso económico».
