La ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, ha destacado los «logros» realizados por la comunidad internacional en Libia que han permitido «aislar» al régimen y que el país haya entrado en «una nueva etapa», a falta tan solo del arresto de Muamar Gadafi.
En su última comparecencia ante el Pleno del Senado, la titular de Exteriores ha recordado que la operación militar en Libia, bajo mando de la OTAN y en la que ha participado España, está «basada en la legalidad y la legitimidad internacional». Además, ha agregado, contó con el respaldo de la Liga Arabe.
El Gobierno español, ha afirmado, «consideró entonces que se daban las condiciones legales y políticas necesarias para que España, por su peso y presencia en la región del Mediterráneo, asumiera sus responsabilidades».
Desde entonces, se han producido «avances muy importantes porque se ha conseguido frenar la represión violenta del régimen libio contra sus propios ciudadanos» y la presión ha logrado «debilitar y aislar al régimen».
«Hoy podemos afirmar que se ha iniciado una nueva etapa, falta la detención efectiva de Gadafi» pero el país ya iniciado la «etapa de la transición», ha afirmado Jiménez, para quien la prioridad ahora debe ser «dar pasos hacia la reconciliación nacional, iniciar la reconstrucción y poner en marcha un proceso de reforma política».
En el caso del Gobierno español, según la ministra, «desde el primer momento ha hecho una apuesta muy clara y firme por los procesos de democratización que se están produciendo en la región mediterránea».
En todos ellos, ha añadido, «queremos estar presentes pero sobre todo queremos apoyar con determinación y con respeto» las legítimas aspiraciones expresadas por sus ciudadanos «de forma pacífica». Así, el Gobierno está dispuesto a ofrecer apoyo político y asistencia pero «dejando siempre el protagonismo y la iniciativa a estos pueblos para que puedan conducir sus propios procesos de transición».
Según Jiménez, cada país debe «encontrar su propio camino» para aprovechar esta «oportunidad», minimizando los «riesgos» que ha reconocido que existen. «El Mediterráneo es una región prioritaria para España» y sus ciudadanos «esperan que estemos a su lado y ahí estaremos como lo hemos hecho siempre a lo largo de los últimos años».
