A la hora de diseñar una campaña electoral, sin duda la originalidad es fundamental. Imagínese que usted camina por la calle y de reprente un desconocido le para y le sorprende con una propuesta disparatada: ¿Me permite tocarle los pechos para transmitirle su energía a Zapatero? … «Vladimir Putin está siempre ocupado con importantes asuntos de Estado. Además está casado. No tiene tiempo para tonterías. Pero él también es un hombre y no puede permitirse el lujo de tocar a sus potenciales votantes …
Lea el artículo completo en www.elmundo.es