La actividad económica que desarrollan las empresas y entidades de iniciativa social es «imprescindible» para mantener y aumentar el bienestar y la inclusión social de las personas con discapacidad y sus familias, según manifestó este miércoles Luis Cayo Pérez, presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi).
El responsable del Cermi se expresó así en el marco de una jornada sobre emprendimiento social, desarrollada en Madrid y organizada por la Asociación para la Formación Social, entidad especializada en la formación de cuadros dirigentes del mundo asociativo.
En su intervención, Pérez subrayó que la iniciativa social del ámbito de la discapacidad llega con su actividad económica «donde no alcanzan ni el mercado, ni los poderes públicos, proporcionando satisfacción a necesidades y demandas de difícil cobertura por parte de las instancias tradicionales».
Para el presidente del Cermi, la economía social vinculada con la discapacidad «opera con claves como la centralidad de la persona o la participación del usuario en la toma de decisiones del proceso económico», lo que añade un valor suplementario al producto o servicio.
Y esto, concluyó, a pesar de que este tipo de economía social actúa en un mercado competitivo, «soportando en ocasiones situaciones de desventaja».
